Escrito por Jesús M.

Nos guste o no, estamos viviendo en el pleno centro del huracán de la sociedad de la información. Hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías y a la expansión de los movimientos de globalización, cualquier persona con una conexión a Internet y una curiosidad más o menos pulida por cualquier disciplina puede saciar sus necesidades de adquisición de conocimientos, por lo menos superficialmente. Una suerte de café para todos. Son las ventajas de converger en tiempo real en una misma plataforma (atomizada ad infinitum en millones de subdivisiones en la Red, de las cuales se mantienen algunas -por derecho consolidado resultado de su acción corporativa- mientras que otras están abocadas al oblivion no mucho después de haber dado sus primeros pasos. 

Con este panorama, no parece muy descabellado pensar que virtualmente cualquiera puede aprender cualquier cosa. Artes, ciencias, habilidades de todo tipo, desde disciplinas de moral elevada hasta temáticas de bajas pasiones. Cualquiera que sea la plataforma de difusión, hay un tutorial casi para cualquier tema imaginable en la red. Hay un vídeo para aprender a maquillar a tu prima, otro para tunear el coche con unos alerones aerodinámicos, y también uno ofreciendo una comparativa de producto entre dos robots de cocina, para que saquemos conclusiones y compremos el que nos parezca mejor. Y por si fuera poco, artículos de cada sector de cualquier industria. Entre ellos, los de idiomas. Así, cada día nos vemos envueltos en una espiral documental, desde la que a veces es muy difícil dar un paso a un lado.

"Aprende el truco definitivo para aprender Inglés más rápido". "Aprenda este o aquel idioma en 3 meses". "Hable Inglés como un nativo en tan solo 10 semanas". Los cantos de sirena están ahí y son ciertos. Los oímos cada día, también en la tele y la radio. El premio que prometen todos estos métodos revolucionarios es el aprendizaje en muy poco tiempo. Si aplicamos los primeros filtros básicos que empiezan a aparecer en nuestra mente cuando leemos estas promesas, lo normal es que alguna alarma se nos encienda. Por lo menos la de la duda razonable. "¿Será esto verdad?" Es que si lo es, me voy a sentir como un verdadero tuercebotas si todo el mundo consigue aprender pronto, bien y sin olvidarse una sola palabra mientras yo me quedo balbuceando frases básicas para pedir el menú en un restaurante en el próximo viaje a Londres que haga.

Pues bien, colocando por delante que la finalidad de estas líneas está lejos de ser la de echar barro sobre estos sistemas anunciados, sí lo es la de expresar la opinión que desde esta plaza, 69English, tenemos sobre el aprendizaje del Inglés, la Música, la guitarra o, si queréis, lo que sea. Desde aquí creemos que las variables rapidez y calidad cuando estamos hablando de aprendizaje guardan una relación de inversa proporcionalidad. Casos aislados aparte, el "bueno, bonito, barato" simplemente no existe en términos de aprendizaje. Así que, más que de este método de las tres B, muy generalizado, nosotros tenemos como filosofía un método diferente, al que nos adherimos invariablemente sin merma alguna de calidad en resultados. Lo llamamos "seguir las 6 Ps".

Lo bueno de este enfoque para aprender es que se entiende perfectamente nada más leer su enunciado. Parece que vamos a tener que practicar, practicar, practicar, y después practicar otra habilidad que muchos parecen tener dormida: la paciencia. Por triplicado. Paciencia, paciencia, paciencia.

Los resultados, que van a estar en la dirección de lo que hemos empezado buscando, y por tanto van a ser necesariamente buenos, cualquiera que sea la graduación personal que le hayamos dado en nuestras expectativas iniciales, van a llegar. Y cuando llegan lo hacen sin que nos demos cuenta, pero paradójicamente seremos conscientes de nuestro nivel superior de dominio de la disciplina del idioma o de la habilidad estudiada al ponerla en práctica.

La primera parte de nuestro enfoque, la práctica, requiere exposición. Que nos expongamos al idioma. En todas las formas en que lo tengamos disponible a nuestro alcance. Y lo mismo si tocamos la guitarra. Si leemos, escribimos, vemos pelis y material audiovisual en Inglés, o escuchamos obras seminales, modernas y actuales de los géneros musicales que nos gustan, o prestamos atención a todo material legal o empresarial en Inglés que encontremos en nuestro día a día, nos estamos exponiendo. Sin exposición no hay avance. No exposure, no glory. 

La paciencia es la segunda parte del enfoque docente de 69English. Paciencia para incorporar los conocimientos a los que nos hemos expuesto. Paciencia para asimilar, cada uno a su ritmo, los recovecos de esos conocimientos. Paciencia para que el paso del tiempo fije todo en nosotros y lo convierta en una second nature. Paciencia para que si todavía no manejamos bien los phrasal verbs, no desesperemos atiborrándonos de listados descontextualizados interminables. Menos es más. Poco todos los días gana a mucho un solo día y no vuelvo a practicar en una semana. 

Resumiendo, seguir las 6 Ps implica ser conscientes de que nada se aprende de la noche al día (ni en 3 meses), aunque se puedan lograr verdaderas proezas de maquillaje docente también, pero lo esencial no es cuestión de rapidez sino de... esto de las 6 Ps. Ya sabéis, ponemos lo mejor de nosotros para sacar lo mejor de vosotros.